sábado, mayo 26, 2007

Los pilares de la tierra

Me acuerdo que lo leí hace mucho, seguramente serían en los principios de los 90, y me llevé una grata sensación, aunque tampoco fue un libro de los que puedes decir que te marcan o cambian tu forma de ver las cosas. Han pasado unos 15 años desde entonces y ahora al leerlo, aunque algunas partes sí que me suenan mucho (la verdad es que no me acordaba mucho del desarrollo de la historia), no me ha parecido tan bueno como se presupone que es.

De todas formas ya me ha pasado muchas veces: libros que leí hace unos 15 años y ahora los vuelvo a leer me resultan totalmente diferentes, y muchos de ellos, que en aquella época vibré al leerlos, ahora me parecen una historia para pasar el rato pero para nada más. Bueno miento, todos ellos menos quizás alguno de Stephen King, y sobre todo 'Cien años de soledad'.

La semana pasada en mi agitado vuelta de México que duró unas 48 horas, tuve la oportunidad de charlar con una mexicana muy simpática, de Monterrey, y coincidía conmigo en que 'Cien años de soledad' era uno de los mejores libros que había leído. La verdad es que es algo sorprendente que una persona con una cultura bastante diferente (México vs España), más diferente aún ahora que he estado allí y lo he podido comprobar personalmente, pueda coincidir casi totalmente con las reflexiones y preguntas retóricas que se pueda hacer otra persona a más de 10.000km de distancia.

Es verdad que México y España comparten sus raíces y tienen mucho en común, pero no deja de sorprenderme.

Para mí, la conclusión es sencilla: el arte (literatura, música, pintura, escultura, ...) es más intrínseco al alma de las personas de lo que yo creía. Por supuesto que es importante el entorno donde vives y donde te has educado y crecido, pero todos nosotros compartirmos unas inquietudes y reflexiones propias del ser humano, puesto que todos procedemos de la misma masa.

Pero entonces... ¿por qué cada día hay más diferencias y rivalidades en el mundo?

sábado, mayo 12, 2007

Una sardina

Unaaaaaaa sardina (unaaaaaa sardina)
doooooooooos sardinas (doooooooooos sardinas)
treeeeeeeeeees sardinas (treeeeeeeeeeees sardinas)
y uuuuuuuuuuuuuun gato (y uuuuuuuuuuun gato)

Se apostaron (se apostaron)
la manera (la manera)
de meterse (de meterse)
en uuuuuuuun zapato (en uuuuuuuun zapato).

A la chichichichi hua hua ( a la chichichichi hua hua)
a la hua hua hua hua chi chi (a la hua hua hua hua chi chi)
que loooooo repita (que loooooo repita) la seeeeeeñorita, (la seeeeeeeñorita) (escriba su nombre aquí)

viernes, mayo 04, 2007

Dia-rio

Viendo el título de mi blog, "Diario de un tunante", el ávido lector de noticias del mundo rosa puede presuponer que encontrará de forma rápida un aluvión de noticias, cada cual mejor pagada en el mercado rosa, sobre los diferentes vericuetos que toma la vida del tal tunante. Heme aquí sentando en el sofá pensando si alguna vez esto pudiera llegar a ser cierto, y el famoso tunante estuviera saltando de programa en programa de la televisión actual ganando unos ahorrillos para, como dicen siempre, tapar algunos agujerillos.

Pero intentando llegar más profundamente a la razón que subyace bajo esta premisa, me di cuenta que nunca podrá llegar a pasar esa situación porque el maldito tunante no tiene un diario, sino unas cuantas notas y apuntes mal puestos que servirán algún día para educar a las generaciones venideras sobre lo que no hay que hacer pero sí abominar.

Diario proviene de la conjunción o amalgama de dos palabras que se dicen, al menos una vez, en algún lugar del mundo cada hora: día y rio. En sí la palabra es una contradicción, puesto que día es una unidad de tiempo, y río es elemento de la Naturaleza; Naturaleza y tiempo son dos grandes Amigos, pero muchas veces se contradicen, y sino que lo digan al calentamiento global. Pero también tienen cosas en común, el día transcurre como río en su cauce, nunca se podrá revivir el mismo momento del día como nunca se podrá cruzar el río por la misma agua que ya ha ido corriente hacia abajo. Tanto el rio como el día no pueden pararse, y aunque existen triquiñuelas para intentar para el día (momentos aburridos) o el río (presa), nunca se puede parar del todo, y ojo si cambias el transcurrir del día (duerme por el día o no duermas) o del rio (ufff) puesto que las consecuencias pueden ser devastadoras.

Si has leido hasta este parrafo, y aún crees que estas líneas pertenecen a un diario, déjame que te invite a tomar un refrigerio en alguna parte del mundo en que me encuentre y me explicas tu teoría, puesto que merece ser escuchada.

Y si no has llegado hasta este parrafo, por la ley de Rimsky-Moskovskaya, este pequeño rincón de Internet cada vez se hará más pequeño, hasta su eterna destrucción.